La alimentación complementaria es un hito importante en el desarrollo de los niños/as que marca la transición hacia los alimentos sólidos. Aunque puede resultar emocionante, también genera dudas y temores en los padres, ya que los niños pueden enfrentar desafíos al aprender a comer y aceptar nuevos alimentos.
A continuación, se abordan las preguntas más comunes relacionadas a la introducción de alimentos nuevos diferentes a la leche materno o preparados para lactantes.
¿Qué es la alimentación complementaria?
La alimentación complementaria es el proceso de introducción de alimentos nuevos, con un aumento progresivo en la variedad de texturas, sabores, olores y aspectos, manteniendo la lactancia materna a libre demanda (1). La alimentación complementaria es también un proceso de educación alimentaria, donde el lactante se familiariza manipulando, probando, masticando y tragando otros alimentos diferentes a la leche.
Además de lograr la nutrición adecuada, el proceso de implementación de la alimentación complementaria también permitirá la transición hacia la alimentación en familia.
¿Cómo debe ser la transición de la leche materna o preparado para lactantes a los alimentos sólidos?
La transición a la alimentación complementaria debe ser gradual para que el bebé se acostumbre a nuevos sabores y texturas, sin dejar de recibir los beneficios de la leche materna o preparado para lactantes, que sigue siendo la principal fuente de nutrición durante el primer año. La introducción de alimentos sólidos busca complementar la lactancia, no reemplazarla. Se comienza con alimentos suaves, como triturados o purés de frutas y verduras, recomendándose una sola comida sólida al día inicialmente. A medida que el bebé se acostumbra, la frecuencia aumenta. Este proceso es variable y puede ser más rápido para algunos niños que para otros. La paciencia y flexibilidad son esenciales para permitir que el bebé explore y acepte nuevos alimentos a su propio ritmo.
¿Qué importancia tiene la alimentación complementaria en el desarrollo nutricional del bebé?
A partir de los seis meses, la alimentación complementaria se vuelve necesaria ya que la leche materna o los preparados para lactantes no cubren todas las necesidades nutricionales. Nutrientes esenciales como el hierro, presentes en cereales fortificados y carnes, son vitales para el desarrollo cerebral y la función inmunitaria. Introducir una variedad de alimentos tempranamente facilita la aceptación futura, promoviendo una dieta equilibrada y variada que respalda el crecimiento y previene deficiencias nutricionales.
Además, la introducción de nuevos alimentos ayuda a desarrollar habilidades motoras finas y la coordinación mano-boca, esenciales para la alimentación independiente. Por otra parte, compartir las comidas en familia fomenta hábitos alimentarios saludables y fortalece los lazos afectivos mediante la observación y participación de los bebés durante las comidas familiares.
¿Cuándo introducir la alimentación complementaria?
La introducción de nuevos alimentos no debe comenzar antes de los 4 meses y es preferible mantener la lactancia materna exclusiva o preparado para lactantes hasta los 6 meses (2). A esta edad, muchos lactantes muestran interés en la comida de los adultos y demuestran estar listos para comer alimentos sólidos, ya que pueden sentarse con apoyo, sostener la cabeza, coordinar ojos, manos y boca para coger el alimento y llevárselo a la boca, y tragar sólidos sin empujarlos hacia fuera instintivamente (reflejo de extrusión).
¿Qué alimentos debo introducir primero?
El orden para la introducción de alimentos complementarios no es crucial, y no hay razones científicas para retrasar alimentos potencialmente alergénicos o que contengan gluten (3). La incorporación debe ser progresiva (un alimento a la vez), en pequeñas cantidades, observando la tolerancia del bebé.
La tabla de incorporación de alimentos es solo una guía y se recomienda consultar al pediatra para ajustar el proceso según el desarrollo y las características del niño y la familia. En cualquier caso, el 50 % de la alimentación del bebé debe incluir hidratos de carbono.

Se recomienda evitar las espinacas y las acelgas hasta los 12 meses por su contenido en nitratos. De 1 a 3 años, estas hortalizas pueden ofrecerse hasta 45 gramos/día.
Evita el consumo de pez espada, emperador, cazón, marrajo, mielgas, pintarroja, tintorera, lucio y atún por su contenido en mercurio. Se pueden consumir especies de pescado azul de proximidad y pesca sostenible, garantizando la ausencia de espinas (caballa, jurel, sardina, boquerón, salmonete de roca). Además, a causa de la presencia de cadmio, evita el consumo de cabezas de gambas, langostinos y cigalas o el cuerpo de crustáceos parecidos al cangrejo.
A partir de 1 año, puede iniciar el consumo de leche de vaca, en caso de que la criatura no tome leche materna.
Los frutos secos (nueces, avellanas, almendras) pueden tomarse molidos, en polvo o en forma de crema a partir de los 6 meses. La manzana y la zanahoria cruda se pueden ofrecer ralladas o a láminas muy finas desde los 6 meses.
¿Qué hacer si mi bebé rechaza algún alimento triturado o no?
Adoptar una actitud receptiva y tolerante cuando los niños rechazan la comida, y acompañarlos respetuosamente sin confrontación, puede ayudar a que estos episodios se superen. Comer en familia, tener tiempo suficiente y evitar interrupciones son esenciales para asegurar comidas agradables y adecuadas.
Es importante respetar que el niño no quiera comer en algún momento, pero seguir ofreciendo el alimento en otras ocasiones, ya que verlo repetidamente y observando a los adultos consumirlo puede aumentar la disposición del niño a comerlo. Asimismo, debe controlarse el consumo de alimentos procesados entre comidas, porque reducen el apetito durante las comidas principales.
¿Qué otros elementos se incluyen en la educación alimentaria en la infancia?
La educación alimentaria en la infancia también busca enseñar hábitos alimentarios saludables y sostenibles, así como responsabilidades y comportamientos adecuados durante las comidas, tales como la higiene, el uso de cubiertos y la tarea de poner y quitar la mesa. Un ambiente relajado y cómodo, libre de distracciones como la televisión y teléfonos, favorece la interacción social y el desarrollo cognitivo, proporcionando un espacio valioso para la comunicación verbal y no verbal entre los niños y sus cuidadores.
REFERENCIAS:
1. OMS. Lactancia materna y alimentación complementaria 2025 [Available from: https://www.paho.org/es/temas/lactancia-materna-alimentacion-complementaria.
2. Abascal Manzano A. Los nuevos métodos de alimentación complementaria: baby-led weaning y baby-led introduction to solids. https://repositoriounicanes/xmlui/handle/10902/33116. 2024;Repositorio abierto de la Universidad de Cantabria.
3. La alimentación saludable en la primera infancia. In: Catalunya Gd, editor. Agencia de Salut Pública de Catalunya 2022.