El nacimiento del bebé nos colma de alegría pero también de preocupación ante aquellas situaciones en las que no sabemos a qué se debe su malestar. ¿Cuáles son los problemas típicos del recién nacido? ¿Qué se recomienda hacer al respecto? Conoce algunas de las molestias más habituales de esta etapa y apunta algunos de los siguientes consejos.
El cólico del lactante
Afecta a 1 de 4 bebés durante los primeros meses y suele aparecer en los primeros 15 días de vida. Se produce por la inmadurez del sistema digestivo del bebé, cuya capacidad para digerir y absorber los alimentos es limitada, y en ocasiones se acompaña de regurgitaciones y/o estreñimiento, que provocan un exceso de gases que no puede eliminar. Generalmente, suele desaparecer a los 3-4 meses de vida, conforme el sistema digestivo del lactante va madurando progresivamente.
¿Los síntomas? Irritabilidad, agitación, llanto inconsolable y dolor abdominal que se manifiestan de forma más frecuente por la tarde o la noche. Pueden llegar a ser episodios de más de 3 horas de llanto, un mínimo de 3 días a la semana, durante al menos 3 semanas.
¿Consejos de actuación? Intenta mantener la calma y estimular la relajación del bebé. Los baños con agua tibia o caliente pueden ser beneficiosos, así como cantar una nana, mecerlo en la cuna... También resultan de utilidad los masajes infantiles y mantener al bebé boca abajo apoyado en la palma de tu mano para favorecer que expulse los gases acumulados.
Consulta con tu pediatra sobre la posibilidad de utilizar alguna de las infusiones infantiles que favorecen el proceso digestivo, o, en caso de lactancia artificial, leches infantiles con fórmulas que alivian y ayudan a eliminar los gases, conocidas como AC (Anti Cólico). También la mamá puede tomar este tipo de preparados. Recuerda que lo que tú tomes, pasará a través de tu leche y llegará al bebé.
Problemas de estreñimiento
Para el bebé alimentado con pecho puedes utilizar preparados tipo infusión a base de frutas que favorecen el tránsito intestinal. Dilúyelos en pequeñas cantidades: ayudarás a hidratar a tu bebé y sus heces serán más suaves más fáciles de eliminar.
Si el bebé consume leche infantiles, el pediatra puede que te aconseje optar por las de tipo AE (más conocidas como Anti Estreñimiento), especialmente si incluyen ingredientes presentes en la leche materna que favorecen el tránsito intestinal y disminuyen la consistencia de las heces, como el ß-palmitato, los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (AGPI-CL), prebióticos (fructooligosacáridos) o nucleótidos.
Darle masajes en el abdomen y baños templados pueden ayudarle a regular el tránsito intestinal y a facilitar las evacuaciones, además de relajarle.
Regurgitaciones
Trastorno digestivo que consiste en la salida del contenido del estómago sin esfuerzo hasta la boca. Puede ser frecuente u ocasional, y suele deberse a que la válvula que separa el esófago del estómago aún no cierra completamente, o lo hace de forma inadecuada. En la mayoría de ocasiones, suele ser un problema relacionado con la maduración del sistema digestivo del lactante, y habitualmente desaparece durante el primer semestre de vida.
¿Qué hacer? Se recomienda colocar al bebé en posición inclinada, por ejemplo en la hamaquita o con una cuña bajo el colchón para favorecer que el alimento se quede en el estómago y dificultar su salida. Además, intenta no moverlo mucho tras las tomas.
En el caso de que el pediatra lo considere oportuno, también puedes utilizar leches infantiles tipo AR (Anti Regurgitación). Al ser más espesas, es más difícil que salgan del estómago, ayudando a reducir el número y volumen de las regurgitaciones. Además, algunas de ellas contienen nutrientes presentes en la leche materna como los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y omega-6, prebióticos, probióticos y nucleótidos, relacionados algunos de ellos con el desarrollo del sistema digestivo y la disminución de las regurgitaciones.